Lo dijimos hace algunos días en este mismo espacio. Hay una auténtica y verdadera preocupación de lo que esta ocurriendo en Matamoros, Tamaulipas, con la industria de exportación.
Hay actividades porriles y de extorsión que están socavando y boicoteando el funcionamiento de la industria maquiladora, en un fenómeno que amenaza con extenderse a otros puntos de la frontera.
La debilidad en que se encuentra la industria de exportación por el manejo gansteril de un sindicalismo emergente auspiciado a la sombra de la Cuarta Transformación que se agudiza con el decreto de zona franca.
Esto es así, porque las reglas no han sido claras, en medidas fiscales de reducción del IVA al 8 por ciento con la promesa de un ISR al 20, pero que en la realidad no han sido implementadas en el funcionamiento diario de las empresas.
Las lagunas fiscales empiezan a cobrar factura en el manejo de la industria más importante en el norte del país.
A ello obedece la manifestación de las organizaciones Índex en todo el territorio nacional y que en Chihuahua finalmente encontró voz en el responsable Luis Carlos Ramírez López, que no halla eco ni solidaridad real, en una incertidumbre que continúa creciendo como bola de nieve y que es altamente riesgosa.