Si alguien sabe cómo presionar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ése es el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Aunque AMLO nunca ha manifestado alguna queja o crítica de eso, al contrario, siempre destaca la buena relación con el “vecino”.

Esta vez la diferencia es que esa presión se da en medio de la contingencia por el coronavirus, donde está de por medio la salud de muchas personas, pero también el tema económico.

Y es en eso precisamente donde para Trump el asunto es esencial, no por México, sino por el riesgo de perder la reelección.

En la semana que terminó, senadores del la Unión Americana urgieron al Departamento de Estado presionar a México para regresar a trabajar porque nuestro país funge un rol integral en la cadena de suministro y es crucial para el funcionamiento de negocios esenciales de EU.

Por lo pronto ayer Gerardo Vázquez Falcón, dirigente de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) en Sonora, anunció que las actividades se retomarán el 11 de mayo, de manera inicial en el sector automotriz debido a que hay contratos que cumplir con el mercado internacional, pero el asunto aquí es que decenas de trabajadores regresarán a laborar cuando tanto a nivel nacional como en Sonora se espera el pico más alto de contagios de coronavirus y las autoridades sanitarias insisten en #QuédateEnCasa.

Suena contradictorio ¿no?